jueves, febrero 22, 2007

Haciendo la diferencia…

Desde chico siempre me gustó, en cualquier tarea que realizase, hacer algo que marcase la diferencia, algo que al final del día me permitiera reconocerme en el acto culminado.
La mayoría de las veces fueron detalles imperceptibles para los demás.

No lo hacía para satisfacer a otra persona (padres, amigos, etc) lo hacía porque me hacía sentir bien a mi. En realidad ya que viene al caso, debo reconocer que nunca me importó mucho lo que la gente opinara de mi…

Hoy, cuando han pasado unos 30 años de esos momentos que me recuerdo haciendo la diferencia (de los 10 años de edad para adelante), siento que me sirvió para algo mas que para sentirme bien, me sirvió para forjarme una forma de ser…

Desde mi punto de vista cuando uno forma parte de un grupo humano, puede tomar dos formas de acción bien diferente para con los demás:
- Esperar a que todo se me pida y entonces siempre estaré cubierto.
- O intentar sorprender, haciendo la diferencia entre lo que debo hacer y lo que se puedo dar con entusiasmo.

Difícil es que en un grupo humano nuestros “coordinadores”, ya sean estos de nuestra propia empresa o de nuestro cliente, se den cuenta de todo lo que no hacemos. Esto está casi garantizado por una ley general: seremos los únicos que sabremos todo lo que no hicimos porque no quisimos, porque era más fácil “hacer la plancha”, o lo que es lo mismo hacer lo mínimo posible. Seguramente muchas veces casi no nos demos cuenta de la elección porque ya nos hemos acostumbrado, estamos “automatizados”.

Entonces, en mi visión, cuando me enfrento a una tarea, puedo hacer estrictamente lo que se me pida, y con esto tengo garantizado la supervivencia; o puedo optar por hacer la diferencia.
Lo bueno es que la decisión siempre está de nuestro lado. Muchas veces nos quejamos de todas las cosas que el mundo decide por nosotros, pero no nos damos cuenta de las cosas que nosotros mismos podemos decidir hacer.
Ya sea para compartir al final de la jornada la satisfacción con nuestros hijos, pareja, o desde mi punto de vista para solamente sentirnos un poco mejor como seres independientes que hemos logrado hacer algo un poco más confortable y/o útil para otro ser humano de este mundo.

Lo bueno es que la decisión siempre es nuestra…

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